SEIS AÑOS DESPUÉS DE LA CVR *
* Por Rosa María Villarán de la Puente
En el marco del aniversario del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, se efectúan reparaciones simbólicas en los distritos de Santiago y Grocio Prado de las provincias de Ica y Chincha respectivamente, como un acto de solidaridad por parte de las autoridades municipales.
Después de 20 años las familias desplazadas por el conflicto armado interno encontraron un reconocimiento simbólico por parte de las autoridades del distrito de Santiago y Grocio Prado al instaurarse el día de la solidaridad y reconocimiento a este grupo humano que en su mayoría se apostaron en diversos caseríos de estos distritos, tras huir de sus pueblos natales dejando atrás a decenas de familiares caídos; además de sus tierras y el ganado para salvaguardar la vida de los más pequeños.
Para Julia Tinipuclla, una de las tantas mujeres que no tuvo otra alternativa que huir de su tierra para poder salvar la vida. Pero hay quienes no desean que la verdad de estos hechos trágicos sea de conocimiento público, tratando de desvirtuar los hechos recogidos por la Comisión de la Verdad y Reconciliación en las zonas donde se cometieron estos genocidios.
“Nosotros estábamos en medio en la guerra entre las Fuerzas Armadas y los Senderistas, porque ambos nos amenazan con matarnos si no los ayudábamos; en el caso de los senderistas, nuestros padres nos escondían para evitar que nos lleven a los campos de adoctrinamiento y en el de las fuerzas Armadas, nos acusaban de terroristas y nos maltrataban”. Recordaba, mientras su mirada se perdía en el horizonte santiaguino, distrito que las acogió desde aquel instante que dejó su natal Ayacucho hace ya 15 años.
Para el teniente alcalde del distrito de Santiago, Economista Fernando Carlos Sánchez, la resolución de alcaldía N° 446-2009 emitida por esta comuna, es necesaria porque en parte resarce a las familias que sufrieron por la violencia política que se desató en nuestro país en la década de los años 80.
“El acuerdo del pleno del concejo municipal es reconocer cada 25 de agosto a las víctimas de la guerra interna que enlutó a más de 60 mil familias peruanas, especialmente a las de nuestra serranía, quienes llegaron hasta nuestro distrito para salvar la vida y desde el momento que se establecieron en nuestros distrito formaron parte de la población santiaguina, a quienes nos debemos como autoridades políticas”, expresó.
PROMESAS
Al respecto, Bonifacia Huancare manifiesta que el gobierno hasta el momento no se ha acordado de ellos, muy a pesar de las promesas que se hicieron cuando inicio el trabajo de investigación por parte de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
“Se nos ofreció una ayuda, una reparación por lo que sufrimos a consecuencia de la violencia política, ya han pasado varios años y hasta el momento nada; al contrario, el gobierno nos tiene más olvidados cada día”, expresó.
De igual forma hizo referencia a la acción emprendida por las autoridades locales, tanto de Grocio Prado en Chincha y de Santiago en Ica para reconocer de manera simbólica a las viudas, huérfanos y padres de las víctimas que fallecieron a consecuencia de este tipo de violencia política que los desplazó de sus tierras.
"Estamos contentos, porque después de tanto tiempo se nos reconoce como desplazados, además de instaurar el Día de la Solidaridad y Reconocimiento a Las Víctimas de la Violencia Política, que habitamos en el distrito de Santiago, lo que nos permitirá tener mayor participación en el gobierno local, además de también contribuir con su desarrollo”.
NUNCA MÁS
Si bien es cierto se han cumplido 6 años de la entrega del informe de la CVR, el sentir tanto de las víctimas de esta violencia y de la población, es que se conozcan estos hechos, para evitar que un futuro se vuelvan a repetir estos sucesos que enlutaron a miles de familias peruanas que hasta el momento no han recibido un resarcimiento por parte del Estado.
“Lo que queremos es que otras familias peruanas, no pasen por lo que nosotros vivimos; esta incertidumbre de no encontrar a nuestros seres queridos y poder darle una sepultura digna y donde podamos ir algún día a colocarle flores y lamentar su partida”.
CONMEMORAR ES RECORDAR SIN RENCOR
El recordar los hechos lamentables que ocurrieron en nuestro país, es la forma de cerrar las heridas que dejó la violencia en el Perú; más aún cuando las propias víctimas están dando el primer paso para poder perdonar y desterrar los rencores de nuestro corazones.
Aún comprendiendo las razones de quienes cuestionan la pertinencia de recordar la fecha en que se entregó el Informe Final de la CVR, hemos instalado a lo largo de estos seis años, el ritual de la conmemoración cada 28 de agosto, justamente para resonar –desde todo el país y a una sola voz–, las tareas pendientes a las que nos desafía convertir en políticas públicas, sus Recomendaciones. Este año 2009, la conmemoración del CVR+6, ha tenido un foco, un lugar y un nombre: PUTIS.
Putis ha mostrado al mundo, no sólo el dolor de una región entera, que en nombre del país clama por justicia y reparación, sino también el de las más de 15,000 familias que aún buscan a sus desparecidos, haciendo visible la inmensa tarea de exhumar las más de cuatro mil fosas señaladas en el IFCVR, para desenterrar una verdad que choca con el muro de la impotencia, de la falta de presupuesto, del abandono de la acción humanitaria imprescindible e inherente al Estado Nacional, o peor aún, goza de la protección de quienes desde su propia administración, sirven a la impunidad (… me dio vergüenza ajena escuchar en un reportaje difundido en todo el mundo sobre Putis, la mención explícita a la ausencia de un representante presidencial en las conmemoraciones ayacuchanas).
Suele significar esta fecha, también, la ocasión de hacer balances. Mucho se ha escrito sobre esta materia, desde las más distintas posiciones, muchas aún encontradas y en confrontación. Por ello, habría que subrayar que los horizontes temporales de cumplimiento de tales Recomendaciones, no son lineales. Poner en un mismo saco al Plan Integral de Reparaciones con las Reformas Institucionales y la judicialización de los casos, nos llevará indefectiblemente a un yerro. La fragilidad de nuestra democracia y la falta de institucionalidad, añaden su cuota.
Convendría entonces, analizar los escenarios donde estas posiciones en pugna se han logrado expresar más claramente en la agenda pública, en el último año, y han sido tres: Memoria y Museo. Sentencia condenatoria a Fujimori. Bagua.
Si el Museo y su memoria permitieron desatar un debate –aunque elitista–, saludable y todavía vigente, la justicia impartida venció a la impunidad tras 17 años y se convirtió en la sentencia de la memoria. Mientras que Bagua gritó en lengua nativa el justo reclamo a la consulta, recibiendo por respuesta silencio, arrogancia, discriminación… una vez más, la historia se escribió con la sangre de nuestros compatriotas.
Ninguna de estas circunstancias operó en compartimentos estancos, más bien, se han relacionado permanentemente en los análisis políticos que concluían, coincidiendo, en las urgentes y ausentes reformas de Estado. He aquí la mira que hemos de concertar, aún cuando mucho de ello está ya sembrado en las políticas de Estado del Acuerdo Nacional, en el Plan Nacional de Derechos Humanos 2006-2010, en la Ley 28592, uno de cuyos tres lineamientos estratégicos es el cumplimiento de las Recomendaciones del IF CVR. Lo que se requiere, en mucho, es de ejecución e iniciativa, pues son obligaciones asumidas aquí y ante la comunidad internacional.
Si hay algo que debe enorgullecernos a seis años del Informe Final de la CVR, es la capacidad de presión de muchos núcleos activos de la sociedad, que desde cada especialidad, procedencia y esparcidos en la grandeza de nuestro territorio, han sabido sostener la agenda pendiente de la transición democrática: la memoria, la verdad, la justicia, las reparaciones integrales, las reformas institucionales y la reconciliación.
No hubiéramos enterrado a nuestros 92 restos en Putis ayer, si no fuera por la incansable fe y perseverancia de las familias y de organizaciones e iglesias, que junto a algunas autoridades, no han desfallecido por más de 25 años… y todavía falta toda la verdad, y la justicia.
No estaríamos condenando al primer Presidente latinoamericano a 25 años de prisión, en sentencia ejemplar y unánime, si no fuera por el coraje ejemplar de los familiares de Barrios Altos y La Cantuta y de todos cuantos se sintieron en ellos representados en los 17 años de lucha, que junto a organismos de derechos humanos y la prensa independiente, nos devolvieron la confianza en nuestro Ministerio Público y Poder Judicial.
Todo ello ha cruzado el debate sobre memoria, pretendiendo colocarla en un Museo. Lo que está ocurriendo, y debe decirse a seis años del IF CVR, es que ese gran relato que nos sirvió de punto de partida, se está nutriendo de otros relatos no incluidos y no siempre concordantes y eso, es altamente saludable. Escuchar a jóvenes historiadores de Universidades de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac, disertar sobre historias locales recientemente desentrañadas que interpelan las disquisiciones de otros, son la seña de la siembra que comienza a brotar… hemos comenzado a dialogar con nuestra historia.
En el recientemente editado balance a seis años del IF CVR[1] titulado ‘Avances desde abajo, retrocesos desde arriba’ –de cuyos textos me apropio en este artículo–, hacemos un reconocimiento a todas las personas e instituciones privadas o públicas que sostienen esta agenda en el país, en franca oposición y resistencia, a quienes desde arriba, bloquean las carreteras del entendimiento que nos impiden avanzar en la afirmación de una sociedad constructora de paz y del derecho, donde la modernidad y el desarrollo nos incluya a todos y todas, sin renunciar a la verdad y a la justicia.
Rosa María Villarán de la Puente
Secretaria ejecutiva del Movimiento ciudadano ‘Para que no se repita’
03.09.2009
[1] Publicado por Paz y Esperanza, Coordinadora Nacional de Radio, Coordinadora Nacional de DDHH, miembros del Movimiento ciudadano Para que no se repita. Agosto 2009
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